¿Cómo lograr una voz saludable?

Publicado en por Ma.I.Pérez

La voz es el instrumento de comunicación por excelencia del ser humano y su emisión es consecuencia de la respuesta de ciertos músculos, ante una estimulación nerviosa. Por lo tanto, para cuidar este valioso instrumento, hay que observar y vigilar debidamente la base sobre la que reposa: el cuerpo.

Cuidado con las interferencias

Los bebés son capaces de gritar durante horas sin que su voz se dañe, mientras que un hombre adulto puede sufrir una grave disfonía luego de asistir a un simple partido de fútbol. ¿Por qué ocurre esto? Simple: el bebé usa su cuerpo como debe, según su diseño biológico. A diferencia del adulto, aún no ha aprendido a interferir en su eficaz funcionamiento.

Algunas de las interferencias que provocan alteraciones en nuestra voz son el tabaco, el alcohol, el estrés, las contracturas musculares y las posturas incorrectas. Un estado de fuerte tensión emocional también puede producir que la voz quede trancada por un barrera y que pueda fallar por completo.

Malos hábitos corporales

Hablar con la cabeza echada hacia atrás, o hacia abajo, con la espalda arqueada hacia adentro, con el cuello contraído o con las rodillas tensionadas puede conducir a una respiración defectuosa, y por consiguiente a tonos de voz forzados.

Sólo cuando alcanzamos una equilibrada relación de cabeza, cuello y columna, se expande nuestro aparato fonatorio y nuestra voz refleja sus mejores cualidades. Para incrementar aún más esa expansión, podemos recurrir a ejercicios de estiramiento muscular, relajación, y oxigenación.

Respiración incorrecta

Nadie nos enseña a respirar ni a emitir nuestro sonido vocal. Llegamos al mundo provistos de un mecanismo natural que sabemos utilizar magistralmente. Un bebé sano inhala aire por sus fosas nasales, luego deja que éste circule por su caja torácica hasta llegar a sus pulmones. A continuación, empuja sus vísceras con el diafragma, ampliando su cavidad pulmonar, y ya está listo para emitir su voz a máxima potencia.

Sin embargo, cuando crecemos nos olvidamos de esa maravillosa lección de la Naturaleza. Nos conformamos con respiraciones torácicas, de corto alcance, y le quitamos todo movimiento al diafragma. Esa respiración más acotada se traduce luego en cansancio y agotamiento en el uso de la voz.

Sin embargo, aún estamos a tiempo de corregir estos malos hábitos. Podemos retomar nuestro mecanismo respiratorio original, y recuperar una voz saludable, con la práctica de adecuados ejercicios de respiración diafragmática.

The Borges - Indyan e Rochelle

Etiquetado en Relajación

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